En Chile es una costumbre universitaria, una tradición , el mechoneo de los alumnos de primer año. Entiendase aqui por mechoneo el corte de pelo a machetazos, el embetunar con sustancias y líquidos asquerosos y pestilentes, el romper la ropa de los "afortunados" a tirones y probablemente ante la desesperación de los mismos.
El robar dinero y especies a los jovenes mechones, el desnudar y toquetear a jovenes mujeres y hombres para luego hacerles cometer actos de pornografia pura con una salchicha, una zanahoria, bañado todo con yogurt y ante la masa de imbéciles que voyeristamente disfrutan del espectaculo.
Y cosas peores aún, cuando el alcohol y las drogas invaden las mentes de estos jovenes al caer la noche en la fiesta de bienvenida, o en el paseo a la playa.
Y aún hay gente que lo justifica y que cree que se trata de una sana diversión.
La degradación y la perversión animal no son una sana diversión. Cuando seres humanos cosifican y degradan a tal punto a sus semejantes, algo no está bien en sus cabezas. Impresiona ver a los adalides de los derechos humanos, clamando por la humillación de sus compañeros en un flagrante atropello a sus Derechos Humanos y actuando con los ojos fuera de orbita como los cerdos de La Granja de los Animales. Al final, es dificil diferenciar al animal del hombre (o mujer, que tambien las hay).
Cuando la juventud llamada a la renovación de sus padres tiene los mismos comportamientos bestiales, carentes de razón y compasión, siento pena por esta humanidad tan cercana a la barbarie, que declama el NO a la guerra y los más altos valores pacifistas y en la misma, humilla, degrada y aplasta a sus semejantes.
La eterna contradicción del hombre, su innato deseo de justicia y de una vida mejor, se impregna de ese deseo de degradación, de sadismo, de hundimiento en lo más bestial, encarnado en la misma persona.
Y no serán los jovenes quienes cambiaran este estado de cosas mientras se sigan realizando rituales de violencia y degradación como son los mechoneos en las universidades.
¿Hay esperanza? Lo deseo, pero algo en mi costado me dice que no la habrá.
El robar dinero y especies a los jovenes mechones, el desnudar y toquetear a jovenes mujeres y hombres para luego hacerles cometer actos de pornografia pura con una salchicha, una zanahoria, bañado todo con yogurt y ante la masa de imbéciles que voyeristamente disfrutan del espectaculo.
Y cosas peores aún, cuando el alcohol y las drogas invaden las mentes de estos jovenes al caer la noche en la fiesta de bienvenida, o en el paseo a la playa.
Y aún hay gente que lo justifica y que cree que se trata de una sana diversión.
La degradación y la perversión animal no son una sana diversión. Cuando seres humanos cosifican y degradan a tal punto a sus semejantes, algo no está bien en sus cabezas. Impresiona ver a los adalides de los derechos humanos, clamando por la humillación de sus compañeros en un flagrante atropello a sus Derechos Humanos y actuando con los ojos fuera de orbita como los cerdos de La Granja de los Animales. Al final, es dificil diferenciar al animal del hombre (o mujer, que tambien las hay).
Cuando la juventud llamada a la renovación de sus padres tiene los mismos comportamientos bestiales, carentes de razón y compasión, siento pena por esta humanidad tan cercana a la barbarie, que declama el NO a la guerra y los más altos valores pacifistas y en la misma, humilla, degrada y aplasta a sus semejantes.
La eterna contradicción del hombre, su innato deseo de justicia y de una vida mejor, se impregna de ese deseo de degradación, de sadismo, de hundimiento en lo más bestial, encarnado en la misma persona.
Y no serán los jovenes quienes cambiaran este estado de cosas mientras se sigan realizando rituales de violencia y degradación como son los mechoneos en las universidades.
¿Hay esperanza? Lo deseo, pero algo en mi costado me dice que no la habrá.
No comments:
Post a Comment