Saturday, December 19, 2020

Lo que decíamos en abril de 2020... ilusos.

 

Cuando creíamos saber lo que sucedería en un semestre bajo la pandemia del Coronavirus... ya elaboraré en próximos posteos mis reflexiones luego de un año en pandemia, a v´ísperas de Navidad...

19 de diciembre de 2020


Algunas ideas sobre Educación a Distancia post COVID19:


Marcelo Robles Castillo
viernes 4 de abril de 2020

Es un cambio completo de paradigma y tiene repercusiones. En el ámbito educacional es un completo error pensar que debemos hacer las clases a distancia de la misma forma en que las hacíamos en forma presencia. Por ejemplo, si yo estaba contratado para hacer clases a un curso, tipicamente en dos periodos o bloques de 2 horas pedagogicas cada uno, estamos hablando de que ello corresponde a unas 3 horas cronológicas por contrato.

Muchos administradores, directores, decanos, rectores te dirán entonces que debes hacer esas mismas 3 horas cronológicas en clase a distancia usando Zoom, Meet, Teams o cualquier equivalente. Más aún, muchas universidades están pidiendo a sus profesores que aparte de hacer ésto, la clase sea grabada y puesta a disposición de los estudiantes.

Esto tiene varios problemas obvios para quien hace la clase, segun han ido aprendiendo.

En primer lugar, el esfuerzo físico de hacer una clase a distancia durante 3 horas te deja agotado, por el uso excesivo de tu vista, de tu voz , de mantener la posición durante tanto tiempo,

en segundo lugar, tal como tú como profesor te agotas, por muy bien preparada que esté la clase, tus estudiantes también comenzarán a dejar de prestar atención luego de los primeros 45 minutos (razón por lo cual se denomina a ese tiempo, una hora pedagógica). Debe tomarse en cuenta la capacidad de concentración de los estudiantes y la necesaria retroalimentación, virtualmente inexistente en una maratón como esa.
En una clase presencial, un buen profesor detecta la pérdida de concentración de sus estudiantes y cambia su metodología adecuándose a ellos, pero en una clase a distancia, ello es una quimera.

en tercer lugar, considerando el tema del contrato de los administradores que dirán "a usted le pagamos 3 horas por lo que espero que usted trabaje 3 horas virtualmente", ignorando que una clase a distancia de 3 horas requiere probablemente el doble de tiempo como mínimo para ser preparada, más aún en la presente circunstancia en que debe hacerse la migración de clases presenciales a clases a distancia.
Y además, los administradores les pedirán que realicen evaluaciones y horas de atención a los estudiantes, que atiendan sus correos o mensajes en las plataformas utilizadas, todo lo cual excede con mucho las 3 horas contratadas semanalmente y que ya efectuaron al tener la clase a distancia por Zoom.

En el fondo, los administradores exigen a sus profesores que regalen su tiempo y su salud trabajando un 200% más en una estimación conservadora de lo que indica el contrato.

en cuarto lugar, no he mencionado aquí el tiempo adicional en que incurre cada educador para sesiones de capacitación, reuniones a distancia de coordinación, el no disponer del equipo adecuado en casa -pocos tienen una oficina en casa- el no tener la conexión apropiada a internet, el factor edad que en teoría hace que los nativos digitales tengan ventajas sobre los inmigrantes digitales, y aún más.

¿Cuál sería entonces la forma correcta de proceder? En mi opinión, este cambio de paradigma requiere de una visión heurística, holística, pragmática y ecléctica de todos los involucrados en el proceso educativo (y en general). Eso requiere personas creativas, con experiencia, de mente abierta, enamoradas de su disciplina y de la Enseñanza y la Educación. Ello requiere libertad de cátedra efectiva y dejar a los expertos, los profesores, agruparse para analizar el problema entre pares, abiertos a experiencias mundiales, para luego interactuar con administradores y estudiantes, los que deben ser necesariamente considerados en el análisis, reconociendo que no existe una forma única de resolver el problema pues depende críticamente de losgrupos humanos involucrados.

Y por supuesto, aceptar que la forma en que ello se resolverá en este primer semestre en que se enfrenta, es una solución provisoria en un plan piloto y que por tanto no debería pensarse en cambios defintivos sino que más bien en cambios necesarios e inmediatos, cabezas de playa en lenguaje militar, para luego, en próximos semestres y años, tras la necesaria evaluación de lo acontecido, ratificarlos, mejorarlos o cambiarlos.

Termino diciendo que para este semestre, 2020-1, en Chile, se requiere en una estimación conservadora que los profesores universitarios -que es mi ámbito de conocimiento- hagan en forma directa -síncriona- en forma de clase a distancia, no más de un 30% del tiempo de su contrato, dedicando el resto del tiempo a preparación y adecuación de material, y primordialmente a evaluación e interacción asíncrona con sus estudiantes, en un curriculum que debe ser adecuado y donde se han fijado prioridades para esta situación excepcional.

Los cursos deben ser pequeños, de forma de propiciar el contacto personal con cada uno de los estudiantes, lo que indica que no debería excederse un número de 20-25 estudiantes por curso. Hoy sé, en mi institución de la aberrante cantidad de 75 estudiantes en un curso; ello no debe suceder y es responsabilidad de los Sindicatos y Asociaciones de Funcionarios velar por esta situación. Las instituciones gremiales de profesores tampoco están preparadas para esta situación, pero deben ajustarse rápidamente pues los abusos no esperan.

HEREJIA XXIV

 A pesar de una vida dedicada a los estudiantes, un verdadero profesor tiembla de emoción antes de la primera clase de un nuevo año.